Donde hay sombra hay forma

Todo proyecto tiene momentos de luz. De esos que iluminan con fuerza, que contagian, que empujan. Pero también hay sombra. Dudas. Inseguridad. Silencio. Y no, la sombra no siempre es síntoma de falta de luz.

A veces es solo la señal de que estás avanzando. De que la luz viene detrás, marcando el paso sin hacer ruido. Afrontar esos momentos requiere coraje. No para fingir certezas, sino para aceptar lo que no sabes. Y hacer espacio a lo nuevo. Porque la experiencia no siempre grita: a veces te guía en voz baja.

Y para escucharla, necesitas soltar el ego. Darte permiso para aprender otra vez. Dejarte aconsejar. Y también cuestionarte. Cada duda es un borde. Cada error, una posibilidad de forma. Cada sombra, una invitación a mirar de otro modo.

Los proyectos crecen con valentía, sí, pero también con humildad. Con pausa. Con decisiones imperfectas. Y con la conciencia de que no todo lo importante se ve a la primera. La sombra es parte del diseño. Y muchas veces, es justo ahí donde empieza a nacer la luz.

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